Vivo pensando eso de que tengo que tratar a los demás como me gusta que me traten, pero se me olvida acordarme de que las personas somos egoístas por naturaleza y que tal vez, si yo no pienso en mi nadie lo hará.
Cosas así nos hacen caer demasiadas veces... Confiar en personas que nos hicieron daño o perdonarlas es realmente difícil, sobre todo si las quieres y les tienes mucho aprecio. Aún así la vida nos enseña que tarde o temprano el rencor y el resentimiento no sirven de nada y que lo mejor es dejar el pasado atrás y perdonar a las personas que queremos, porque todos, definitivamente todos cometemos errores, y ese rencor solo consigue hacernos mal a nosotros mismos y a los que nos rodean.
Hay que tratar a los demás como quieres que te traten; A esas personas que te hacen sonreír a diario, a aquellos que están ahí cuando sufres, a quienes te quieren tal y como eres... Hay que buscar la felicidad en las cosas buenas de la vida.
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